Tras siete años en una prisión del Sultanato de Omán, donde cumplía una condena de cadena perpetua por tráfico de droga, el pasado 28 de marzo, Fátima Ofkir obtuvo la libertad. Gracias a la incansable labor de su abogada, Mònica Santiago. La letrada logró el apoyo de diferentes entidades y personalidades públicas para luchar contra una clara injusticia. En España, la pena por el delito que cometió es, como máximo, de 5 años.
En una entrevista en el programa de TV-3 ‘Col.lapse’, la primera que realiza en un plató de televisión después de su liberación, Fátima Ofkir explicó su firme decisión de estudiar Derecho. «Para poder luchar por casos como el mío». En el programa, emitido el pasado sábado, 5 de abril, Fátima estuvo acompañada de su abogada Mònica Santiago. La letrada es directora ejecutiva de Vosseler Abogados y presidenta de la asociación sin ánimo de lucro Vosseler Acción Social.
Pena de muerte
Fátima Ofkir explicó en ‘Col.lapse’ cómo la engañaron con la promesa de «dinero fácil». Y cómo se encontró en una situación en la que no era consciente del riesgo que corría. Relató los duros momentos vividos en prisión, incluyendo el ‘shock’ de la condena a cadena perpetua (inicialmente se llegó a proponer la pena de muerte) y las difíciles condiciones de vida.
La joven expresó su alivio y felicidad por regresar a casa y agradeció el apoyo recibido para lograr su liberación. En sus primeras declaraciones tras su llegada, ofreció un mensaje a los jóvenes, advirtiéndoles que «el camino fácil siempre lleva al abismo».
La labor de Mònica Santiago
Mònica Santiago, abogada de Fátima, detalló los esfuerzos legales y diplomáticos realizados para conseguir su liberación. Explicó las complejidades del sistema judicial omaní y las dificultades para comunicarse y trabajar en el caso desde España, ya que no estaba reconocida como abogada en Omán.
Santiago criticó la labor de los abogados iniciales que llevaron el caso, lo que complicó aún más la situación de Fátima. Destacó la importancia del indulto concedido por el sultán de Omán como la clave para su liberación. También mencionó las duras condiciones que Fátima tuvo que afrontar en prisión, como la obligación de convertirse al Islam, taparse y rezar cinco veces al día.