Emotiva y sincera. Así podemos calificar la primera intervención pública de Fàtima Ofkir tras su liberación de una prisión del sultanato de Omán, donde cumplía una pena de cadena perpetua. Y decimos cumplía porque gracias a la incansable labor de la irreductible letrada Mònica Santiago, directora ejecutiva de Vosseler Abogados, con la vital colaboración y entrega del empresario Antonio Sagnier y el jurista Baltasar Garzón, han conseguido que la condena de por vida haya quedado en siete años: desde el pasado 28 de marzo, Fátima está libre. Un ímprobo trabajo de un equipo único, que ha conseguido lo imposible: mover los hilos suficientes para que Fátima tenga una segunda oportunidad.
«Soy una persona transformada que tras siete años de prisión solo puede dar las gracias a quienes me han ayudado a arrepentirme de un error de juventud», explicó una emocionada y por momentos rota Fátima Ofkir en sus primeras palabras ante más de medio centenar de medios de comunicación que se reunieron en el Il·lustre Col·legi de l’Advocacia de Barcelona (ICAB), corporación profesional que también apoyó activamente las acciones para liberar a la joven de L’Hospitalet.
Agradecimiento y reconocimiento
En la rueda prensa, Fátima recordó y agradeció a todos los que habían puesto «su granito de arena» para ayudarla a salir de un infierno, y destacó el papel fundamental de sus ‘ángeles de la guarda‘ (Mònica Santiago, Antonio Sagnier y Baltazar Garzón), que trabajaron incansablemente para lograr su liberación.
En su intervención, Fátima, tras reconocer su error («me dejé llevar por promesas de dinero fácil y las malas influencias») y el daño que había ocasionado a su entorno y también a la sociedad, aseguró haber aprendido la lección y estar decidida a aprovechar esta segunda oportunidad. «He aprendido la lección. Quiero dedicar mi vida a ser ejemplo para otros jóvenes».
Una segunda oportunidad que quiere dedicar a ayudar a todos los jóvenes perdidos como ella lo estuvo con 18 años… «¿Quién no ha tenido 18 años?», reflexionó. Así, Fátima anunció su propósito de estudiar Derecho, inspirada por la labor de su abogada Mònica Santiago y tener una base más sólida para lo que quiere que sea su objetivo de vida: “utilizar mi experiencia para ayudar a otros jóvenes que puedan encontrarse en situaciones similares”.
Por su parte, Mònica Santiago detalló el arduo trabajo legal y diplomático realizado para lograr el indulto de Fátima, y alabó la gestión del Ministro de Asuntos Exteriores, y de su titular, José Manuel Albares, afirmó: «Nos consta que ha hecho una gran labor para traer a Fátima a casa».
Antonio Sagnier
El empresario Antonio Sagnier quiso resaltar la labor de años de Mònica Santiago en la liberación de Fàtima: «Mònica no solo es abogada, es un pedazo de persona que se ha ocupado de que Fátima tuviera la alimentación necesaria en la cárcel, se ha enfocado en sus estudios, aparte de recopilar la documentación necesaria», explicó.
Baltasar Garzón
Por su parte, el jurista Baltasar Garzón subrayó la importancia de la justicia y los derechos humanos en casos como el de Fátima Ofkir y resaltó los esfuerzos realizados para que Fátima tuviera un juicio justo. Garzón aseguró que, en España, el delito de Fátima hubieran sido cuatro o cinco años de cárcel, como mucho. «Fue condenada a cadena perpetua por unos hechos que, si se conocieran en profundidad, la condena es totalmente injusta», afirmó.
Medalla del ICAB para Santiago y Garzón
Cerró el acto Jesús M. Sánchez García, decano del ICAB, quien, tras enfatizar la labor social de la abogacía en la defensa de los derechos de las personas, anunció la entrega de la medalla institucional del ICAB a Mònica Santiago y Baltasar Garzón por su encomiable labor altruista en el caso de Fátima Ofkir. Para el decano de los abogados de Barcelona, Mònica Santiago «no solo representa a la abogacía de Barcelona, sino a un ideal de justicia que trasciende fronteras».