El 27 de diciembre del año 2014, Irene Rodríguez y su pareja Jonatan Bosque, vecinos de Rubí (Vallès Occidental, Barcelona) fueron atropellados por los conductores David Puryer y Oliver Enstone, que se encontraban realizando una carrera clandestina en la ciudad de Reading, cerca de Londres, a una velocidad superior a los 140 kilómetros por hora, como mostraron las cámaras instaladas en la ciudad. El resultado fue el fallecimiento de Irene a los 36 años de edad, dos días después de que se produjera el accidente, al no poder superar las graves heridas que sufrió a pesar de los insaciables intentos por parte de los facultativos médicos para salvarle la vida, y otras heridas graves sufridas por Jonatan.
A raíz de los hechos anteriores, el día 21 de octubre del año 2015 la familia de Irene se desplazó a Reading para presenciar la vista y leer la sentencia que dictó el juez británico Paul Dugdale, que se llevó a cabo en el Reino Unido y que determinó una pena de cuatro años y ocho meses de cárcel y la retirada del permiso de conducción durante siete años y cuatro meses para cada uno de los causantes por el fallecimiento de Irene y las heridas graves causadas a Joanatan, consistentes en fracturas en el cráneo y en las dos piernas, por lo que tuvo que permanecer durante más de un mes en el hospital y someterse a una operación quirúrgica.
Junto a la familia de Irene, se desplazaron letrados del despacho Vosseler Abogados, dirigidos por la letrada Doña Andrea García Sánchez, para aportarles todo su soporte jurídico y moral en la misma causa por la que Juan Rodríguez, padre de Irene, se quejó del “abandono total por parte de la embajada y el consulado españoles” y afirmó que no recibieron ayuda alguna.
